Vista aérea de la migración del ñu azul (Connochaetes taurinus). Hasta 1,5 millones de ñus se mueven a través del ecosistema de Mara/Serengeti cada año. Esta es una de las últimas grandes migraciones de animales del mundo. Reserva Nacional Masai Mara. Kenia (Foto:© Martin Harvey / WWF)
WASHINGTON, D.C.- Una nueva investigación publicada hoy en Science traza por primera vez un mapa de cómo los animales se desplazan entre las áreas protegidas terrestres del planeta y presenta un nuevo índice que mide el grado de conexión entre cada una de las áreas protegidas (APs) del mundo, llamado Índice de Aislamiento de Áreas Protegidas (IAAP).
La conectividad de la naturaleza, conocida como conectividad ecológica, es fundamental para el desplazamiento de los animales entre hábitats. Los hábitats conectados permiten que las especies se desplacen a través de los paisajes en busca de alimento y agua, se apareen eficazmente para mantener la diversidad genética y la salud de las poblaciones silvestres, y se adapten a los impactos del cambio climático.
“Hemos identificado las áreas más vitales del mundo para la conectividad. Ahora pueden incorporarse a los planes de conservación globales para capturar una dimensión de la biodiversidad que no había sido suficientemente tomada en cuenta”, señaló Angela Brennan, científica de la conservación de la Universidad de Columbia Británica (UBC), becaria del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y autora principal del estudio.
A pesar de que las políticas mundiales exigen que los sistemas de áreas protegidas estén bien conectados, la conectividad funcional de las áreas protegidas terrestres a nivel mundial sigue siendo en gran medida desconocida. Lo que sí sabemos es que el aislamiento de las poblaciones de animales interrumpe el flujo de genes y otros procesos ecológicos vitales, poniendo en grave riesgo a las especies, los hábitats y los beneficios que proporcionan a los seres humanos.
Esta investigación, primera en su clase, realizada por científicos de la UBC, WWF y la Universidad de Colorado, identifica las zonas más importantes para el movimiento de los animales fuera de las áreas protegidas y se basa en investigaciones anteriores que demuestran que los animales son capaces de desplazarse más lejos a través de los hábitats que presentan una modificación humana menor.
Además, alrededor del 70% de las zonas no protegidas más importantes para el desplazamiento de los animales también se superponen con zonas cuya conservación es prioritaria en los marcos mundiales debido a su enorme diversidad de especies vegetales y animales.
Con este conocimiento, los gobiernos, el sector privado, los conservacionistas y otras partes interesadas pueden priorizar mejor las acciones de conservación para las AP y los corredores ecológicos terrestres necesarios para los desplazamientos de animales a gran escala, frenando en última instancia la rápida pérdida de naturaleza que se observa en todo el mundo.
Esta investigación presenta el Índice de Aislamiento de Áreas Protegidas (IAAP), una estimación del aislamiento de una AP basada en dos factores principales: la proximidad de las AP entre sí y una síntesis de cómo se mueven docenas de especies de mamíferos a través de paisajes con diferentes grados de modificación humana. Nunca antes había existido un indicador científico que pudiera utilizarse a nivel mundial para medir el grado de aislamiento de las AP del mundo desde el punto de vista de los animales que se desplazan y además, a diferencia de otros índices de conectividad global, que tomara en cuenta los datos publicados acerca del desplazamiento de los animales en respuesta a los paisajes intactos y los modificados por el hombre.
El IAAP puede desempeñar un papel clave en la próxima década de esfuerzos internacionales de conservación.196 gobiernos del mundo son parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que actualmente está estableciendo la agenda para los próximos diez años en su “Marco Global de Biodiversidad”, y la conectividad está incluida provisionalmente en varios de los objetivos. Con el desarrollo de este método científico establecido para evaluar la conectividad funcional a escala mundial, será mucho más viable el seguimiento del progreso.
“Por primera vez, disponemos de una métrica que refleja el grado de conexión entre las áreas protegidas y los mamíferos y que los países pueden utilizar para supervisar su progreso para alcanzar los objetivos globales de conectividad”, dijo el coautor del estudio Robin Naidoo, científico principal de conservación de la vida silvestre de WWF-US. “El uso del IAAP puede facultar a los países firmantes de la CDB a visualizar y medir la capacidad de los animales para desplazase entre las áreas protegidas, realizar el seguimiento del progreso a lo largo del tiempo, comparar el rendimiento de los países entre sí y mejorar la transparencia y la rendición de cuentas”.
El IAAP también ayudará a acelerar los esfuerzos para asegurar la conectividad en tierra, ofreciendo una metodología fácilmente utilizable para medir el cambio de la conectividad a lo largo del tiempo, lo que nos permitirá comprender mejor qué intervenciones están funcionando y cuáles no. WWF ha lanzado recientemente una nueva iniciativa, Wildlife Connect, cuyo objetivo es proteger, gestionar y restaurar la conectividad ecológica en grandes paisajes, y pondrá en marcha el enfoque del IAAP en paisajes tan vastos como el Chaco Pantanal, de un millón de kilómetros cuadrados, en Sudamérica.